El Ángel de la Independencia es una representación de Niké, la diosa de la victoria

Inicio / CONTENIDOS DE INTERÉS / Construcciones / El Ángel de la Independencia es una representación de Niké, la diosa de la victoria

El Monumento a la Independencia o Columna de la Independencia ​ conocido coloquialmente como El Ángel de la Independencia, es una columna honoraria que se encuentra en la Ciudad de México, en la glorieta localizada en la confluencia de Paseo de la Reforma.

Se considera una representación de la Diosa de la Victoria Niké, debido a que suele aparecer representada con alas y portando una palma o una guirnalda de laurel en su mano. 

Surgió de un concurso convocado por el presidente Antonio López de Santa Anna y apoyado por la Academia de San Carlos en 1843, las bases del concurso solicitaban que el proyecto contemplara las siguientes características: 

Un monumento basado en una columna honoraria con una altura mínima de 42 m, rematada por una estatua de la victoria, a cuyo pie esté una base o pedestal adornada por estatuas y bajorrelieves, todo rodeado por una reja y otros monumentos menores que adornarán la plaza, todo recubierto de mármol, con estatuas y adornos de bronce.

A este concurso concurrieron participantes nacionales y extranjeros, ganando el proyecto el arquitecto francés Enrique Griffon, quien fue seleccionado por los jueces de la Academia de San Carlos. Al presentarle el proyecto al presidente Santa Anna, este no lo consideró adecuado y designó como ganador el proyecto de Lorenzo de la Hidalga, que era más de su gusto, aunque hubiera quedado en segundo lugar.

Este proyecto cumplía con las bases, contando con una columna de orden corintio, rematada por una Victoria, con tres bajorrelieves en el pedestal, uno representando el Grito de Dolores (1810), otro la Entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México (1821) y el tercero a la batalla de Pueblo Viejo en Tampico (1829), esta última dirigida por el mismo Santa Anna.

La colocación de la primera piedra fue el 16 de septiembre de 1843, pero se abandonó la construcción por la falta de fondos públicos y el cambio de gobierno. 

El 16 de septiembre de 1865, durante el Segundo Imperio Mexicano, se volvió a convocar un concurso para erigir el monumento, que ganó Ramón Rodríguez Arangoity. La Emperatriz María Carlota Amalia colocó la primera piedra, pero este intento no pasó de allí por la caída del imperio. 

Restaurada la República, la falta de fondos mantuvo inerte cualquier proyecto, pero en cambio se decidió continuar con los trabajos para abrir al público en general el llamado Paseo del Emperador, el cual fue renombrado en honor del héroe de la Guerra de Reforma, Santos Degollado como Paseo de Degollado, ahora conocido como Paseo de la Reforma.

En 1886, a 24 años de la celebración del centenario, se convocó a un concurso internacional para construir un monumento a la independencia, pero ahora en una de las glorietas del Paseo de la Reforma.

El ganador fue la firma estadounidense Cluzz and Shultze de Washington, D.C. Pero en enero de 1887 el gobierno decidió  posponerlo, por lo que vendieron al gobierno sus derechos, retirándose de la construcción y quedando sin construir al final.

En 1891 la entonces Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, a cargo de Francisco Z. Mena, se encargó de la obra, pero hasta 1900 no se nombró a Antonio Rivas Mercado como encargado del proyecto, quien designó al italiano Enrique Alciati como encargado de realizar las esculturas y bajorrelieves, y a Roberto Gayol como encargado de la obra civil.

Durante el gobierno de Porfirio Díaz comenzaron las obras de cimentación y la primera piedra del monumento fue colocada en una ceremonia el 2 de enero de 1902, colocando dentro de ella un cofre dorado con el acta de independencia de México y una serie de monedas de cuño corriente de la época. 

Pero en mayo de 1906, cuando ya se habían construido las bases de hormigón y colocado unas 2,400 piedras con una altura de 25 metros, se hizo notorio el hundimiento de uno de los lados del monumento y se dedujo que los cimientos del monumento estaban mal planeados, por lo que se decidió demoler lo construido.

Para reiniciar la obra se nombró una Comisión Directiva, integrada por los ingenieros Guillermo Beltrán y Puga, Manuel Marroquín y Rivera y el arquitecto Manuel Gorozpe, quedando al cuidado de la obra artística Antonio Rivas Mercado. 

Estos trabajos se iniciaron el 13 de junio de 1907, aprovechando la demolición para hacer los estudios de suelo necesarios para calcular y construir los nuevos cimientos. Para esto se usó el método de pilotes de hormigón con punta. Esta fue una de las primeras obras en la ciudad con este tipo de cimentación.

El monumento tuvo un costo de 2 millones 150 mil pesos de la época. El 16 de septiembre de 1910, el presidente Porfirio Díaz encabezó la inauguración. 

En 1923 se iniciaron los trabajos de adaptación del interior del pedestal de la columna y la construcción de tres nichos para albergar en urnas los restos de diferentes héroes de la independencia que se trasladaron desde la Catedral Metropolitana de la ciudad de México y de otros puntos del país en 1925, por lo que se convirtió además en un mausoleo.

El 6 de abril de 1929, el presidente Emilio Portes Gil mandó construir por decreto en la cara poniente del pedestal un nicho para una lámpara votiva a gas, la cual debería permanecer siempre encendida en recuerdo de los héroes cuyos restos están ahí depositados. Esta flama la inauguró el presidente Portes Gil, el 12 de mayo de 1929.

Tan GRANDE como quieras ser, Ser FADU, Sé UAT.

NOTICIAS RECIENTES